Netanyahu respondió a un documento emitido por Hamas, en el que el movimiento islamista palestino sostuvo que su ataque de ese día a Israel fue una “etapa necesaria” y reclamó el fin de la guerra.
Israel rechazó las condiciones reclamadas por el movimiento islamista palestino Hamas para la liberación de los ciudadanos israelíes a los que mantiene como rehenes desde el 7 de octubre, día en que lanzó su sorpresivo ataque que derivó en la guerra que se libra en la Franja de Gaza.
“Hasta ahora hemos traído a casa a 110 rehenes y pretendemos traerlos a todos de vuelta; estoy trabajando sin descanso en esto, pero seamos claros: rechazo categóricamente las condiciones de Hamas”, afirmó el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu.
“A cambio de la liberación de nuestros rehenes, Hamas exige el fin de la guerra, la retirada de nuestras fuerzas de Gaza, la liberación de todos los asesinos”, dijo Netanyahu en un video divulgado esta tarde.
“Si aceptamos esto, nuestros soldados habrán caído en vano; si aceptamos esto, no podremos garantizar la seguridad de nuestros ciudadanos”, agregó el premier, según el diario Times of Israel y las agencias de noticias AFP y Sputnik.
Netanyahu respondió de ese modo a un documento emitido por Hamas, el primero desde el 7 de octubre, en el que el movimiento islamista palestino sostuvo que su ataque de ese día a Israel fue una “etapa necesaria” y reclamó el fin de la guerra como condición para liberar a los israelíes que aún mantiene cautivos.
Los ataques fueron una “etapa necesaria y una respuesta normal ante todos los complots israelíes contra el pueblo palestino”, indicó Hamas en un documento de 16 páginas, publicado en inglés y árabe.
Allí, Hamas admitió que “quizás ocurrieron algunos errores durante la operación” debido “al rápido colapso de la seguridad israelí y el sistema militar, y el caos en las zonas fronterizas con Gaza”.
Por otra parte, Hamas anunció que más de 25.000 personas murieron en la Franja de Gaza desde el inicio de la guerra con Israel, que sigue bombardeando el pequeño territorio palestino tras el ataque sin precedentes del 7 de octubre perpetrado por el movimiento islamista.
Al menos 25.105 palestinos murieron en la ofensiva israelí contra Hamas en Franja de Gaza, mayoritariamente mujeres, niños y adolescentes, según el Ministerio de Salud del territorio controlado por Hamas.
El movimiento islamista palestino, en el poder en Gaza desde 2007, reportó decenas de bombardeos y disparos de artillería, sobre todo en las zonas cercanas a los hospitales Nasser y Al Amal en Jan Yunis, la principal ciudad del sur de la Franja.
Decenas de cuerpos “siguen bajo los escombros”, según Hamas.
En las últimas 24 horas, al menos 178 palestinos murieron en ataques israelíes, informó el Ministerio de Salud en Gaza, que también cifró los palestinos heridos en 62.681, recogió la agencia francesa.
En tanto, el Ejército israelí indicó que había “eliminado a terroristas” en Jan Yunis.
Según informaron testigos, las fuerzas israelíes retomaron sus operaciones cerca del campo de refugiados de Jabaliya, en el extremo norte de Gaza.
En el sur de Israel, se activaron las sirenas de alerta contra los cohetes lanzados desde Gaza en la localidad de Kissufim.
La ofensiva israelí comenzó luego de que el 7 de octubre milicianos de Hamas infiltrados en Israel desde Gaza asesinaran a unas 1.200 personas -en su mayoría civiles- y se llevaran consigo a unos 240 rehenes, de los cuales más de un centenar siguen cautivos en el enclave palestino luego de que otras 100 fueran liberadas en noviembre de 2023 durante una tregua.
Tras el ataque, Israel prometió “aniquilar” al grupo y bombardea sin cesar la Franja de Gaza.
Según la ONU, un 85% de los 2,4 millones de habitantes de Gaza se vieron obligados a desplazarse dentro del estrecho territorio de 362 km2, bajo un férreo asedio que impide la llegada de comida, agua, medicinas y combustible.
Según el Ministerio de Salud de Hamas, no hubo “ningún avance” para aumentar la ayuda humanitaria a Gaza.
Decenas de desplazados, con bidones en la mano, esperaban la distribución de agua organizada por Médicos Sin Fronteras en Rafah, ciudad palestina que limita con Egipto y donde gran parte de la población se vio obligada a desplazarse y actualmente se encuentra hacinada.
El movimiento islamista reclamó “el cese inmediato de la agresión israelí en Gaza, de los crímenes y de la limpieza étnica contra toda la población de Gaza”.
Asimismo, Hamas rechazó “categóricamente” todo proyecto internacional o israelí destinado a “decidir el futuro de la Franja de Gaza”.
En tanto, el jefe de Hamas, Ismail Haniyeh, instalado en Qatar, se reunió en Turquía con el jefe de la diplomacia turca, Hakan Fidan, para hablar del “establecimiento de un alto el fuego en Gaza lo más rápidamente posible, el aumento de la ayuda humanitaria, la liberación de rehenes y una solución de dos Estados para una paz permanente”, según fuentes diplomáticas.
“Insistimos en que el pueblo palestino tiene la capacidad de decidir su futuro y manejar sus asuntos internos”, agregó el documento.
Los ataques israelíes sobre la población civil gazatí produjeron el repudio en distintas ciudades del mundo.
“Israel lleva bombardeando de manera intencionada y sistemática la Franja de Gaza desde el pasado 7 de octubre, sometida a un bloqueo asfixiante e ilegal desde hace más de 16 años”, dijeron los organizadores de la protesta a favor de Palestina y contra Israel que tuvo lugar en España y en la que participaron decenas de miles de personas en varias ciudades ibéricas.
Al respecto, el presidente del Gobierno español, el socialista Pedro Sánchez, señaló, en un acto en la norteña comunidad de Galicia, su respaldo sobre los asistentes a las marchas.
“Pedimos un alto el fuego permanente, queremos que la ayuda humanitaria entre en Gaza, queremos una conferencia internacional de paz y que se reconozca al Estado palestino por parte de toda la comunidad internacional”, dijo.
España ha sido una de las voces más críticas de Israel dentro de la Unión Europea durante el conflicto.
En paralelo, el Ejército israelí informó que había descubierto un túnel en Jan Yunis con “pruebas que indicaban la presencia de rehenes” en su interior, como dibujos realizados por una niña de cinco años.
“Una veintena de rehenes” fueron encerrados ahí en distintos momentos y “en condiciones difíciles, sin luz del día (…), poco oxígeno y una humedad espantosa”, dijo su portavoz.
El Ejército israelí lanzó el sábado, volantes en Rafah con fotos de los rehenes, y pidió a los habitantes de esa ciudad comunicar cualquier información sobre su paradero. Israel calcula que aún quedan 132 cautivos en Gaza.
Netanyahu se encuentra bajo presión para lograr liberar a los rehenes y por los llamados internacionales a un alto el fuego humanitario.
La guerra exacerba las tensiones entre Israel y el llamado “eje de la resistencia”, liderado por Irán, que agrupa a movimientos armados como Hamas, Hezbollah en Líbano y los rebeldes hutíes de Yemen, bombardeados recientemente por Estados Unidos y Reino Unido.
El presidente iraní, Ebrahim Raisi, amenazó a Israel con represalias después de la muerte de al menos cinco militares iraníes en Damasco, en un bombardeo atribuido a las fuerzas israelíes.
Según la prensa iraní, el jefe de los servicios de inteligencia de la Guardia Revolucionaria para Siria figura entre las víctimas.
En la frontera entre Israel y Líbano, donde se producen a diario cruces de disparos, un civil y un miembro de Hezbollah murieron en un bombardeo israelí.
En el oeste de Irak, una base con tropas estadounidenses fue blanco de 15 misiles, según responsables iraquíes y estadounidenses.
El ataque fue reivindicado por la “Resistencia islámica en Irak”, un grupo que reúne a distintas facciones armadas aliadas de Irán.
Y Estados Unidos lanzó nuevos ataques contra posiciones hutíes, en represalia por la ofensiva de los rebeldes contra buques comerciales en el mar Rojo frente a las costas de Yemen.